Diferencia entre 120 y 150 kmh – Frenado – 2

 

Para complementar el análisis del frenado de un automóvil, veremos que el mismo depende de muchos factores, como la calidad del asfalto, la fuerza de nuestro propio pie al pisar el pedal, el estado de nuestros neumáticos, el estado del tiempo en el momento, entre otros.

Uno de estos factores importantes es el tiempo de reacción, es decir el tiempo que demoramos mentalmente para procesar la información y tomar una decisión al respecto.

Este tiempo es mucho más lento que un acto reflejo, es posible afirmar que uno se demora un segundo en tomar una decisión cuando vemos un obstáculo o un incidente frente al cual debemos detener o disminuir la marcha de nuestro vehículo.

Durante ese segundo la marcha continúa normalmente y a una velocidad de 120 kilómetros en la hora (kmh) significa nada menos que 33 metros mientras que a 150 kmh recorreremos casi 42 metros.

Si sumamos ambos efectos analizados, el tiempo de reacción y el tiempo de frenado de nuestro vehículo, nos sorprenderemos al saber que a una velocidad de 120 kmh recorreremos aproximadamente cien metros antes de detenernos y a 150 kmh la distancia será de 146 metros.

¿Es suficiente esta distancia?

Para algunos casos puede serlo, para otros claramente no lo es.

Por ejemplo, cuando debemos detenernos para una emergencia, tenemos que colocar nuestro triángulo luminoso a 50 metros detrás del automóvil y de forma que pueda verse desde 100 metros de distancia, es decir que las leyes nos indican que otro vehículo nos podrá ver desde aproximadamente 150 metros.

Si estas distancias son correctas y hay otro vehículo que viene a 120 kmh tiene tiempo y espacio suficientes para detenerse completamente y con comodidad.

Si están acercándose a 150 kmh a nuestro punto, solamente podrá disponer de un margen de 4 metros para detenerse antes de colisionar con nosotros, lo que a las claras resulta demasiado poco, porque estamos suponiendo que toda esta teoría que venimos describiendo funciona perfectamente.

Pero si en lugar de un segundo para procesar la información el conductor que se nos acerca velozmente se toma dos segundos, o sus neumáticos están un poco desgastados de más, o si la carretera está húmeda porque ha llovido o no pisa el freno en forma adecuada,  ya nada podrá evitar algún tipo de incidente.

Y todo por ganar sólo unos diez minutos en un tramo de cien kilómetros, claramente es bastante disparatado, ¿no les parece?

 

Diferencias entre conducir a 120 y 150 kmh – Frenado – 1

Seguimos con nuestra serie de comparaciones entre viajar a 120 y 150km/h. Ya vimos algunas cosas referidas al consumo del vehículo y ahora analizaremos como nos afecta la velocidad al frenado de los mismos.

El frenado

La capacidad de un vehículo de reducir su velocidad es algo muy importante. No es necesario esgrimir muchos argumentos para darnos cuenta que quedarnos sin frenos o frenar defectuosamente puede constituirse en la peor pesadilla de cualquier conductor.

Cuando nos enfrentamos a una situación de frenado del automóvil tenemos que considerar que el pavimento ejerce cierta fuerza hacia atrás sobre nuestro vehículo, lo que provoca una desaceleración del mismo.

Esto sucede indistintamente vengamos a 100, 120 o 150 kilómetros en la hora (kmh), lo que si es cierto es que a mayor sea la velocidad que traiga nuestro vehículo más tiempo nos costará detenerlo y por lo tanto seguiremos moviéndonos, recorriendo alguna distancia.

Por si esto fuera poco, el frenado demorará más tiempo a mayores velocidades, acumulando sus efectos ambos fenómenos.

Sin entrar en temas de Física, que no es lo nuestro, podemos afirmar que la distancia recorrida durante la desaceleración no es proporcional a la velocidad que traiga nuestro automóvil, sino a su cuadrado, lo que es muchísimo peor.

Para poner un ejemplo, duplicando la velocidad de nuestro automóvil estamos cuadruplicando la distancia que necesitamos para frenarlo totalmente.

En la serie de casos concretos que venimos analizado, por ejemplo, pasar de 120 kmh a 150 kmh implica un aumento de un 25 por ciento en nuestra velocidad, sin embargo, necesitaremos un 56 por ciento más de distancia recorrida para frenarlo.

Veamos algunos números reales

En un vehículo de una tonelada de peso y cuyos frenos sean capaces de ejercer una fuerza de hasta 8.300 Newtons (eso equivale a soportar unos 850 kilos) produciremos una desaceleración de 8.3 metros por segundo al cuadrado, es decir que durante un segundo nuestra velocidad se puede reducir 30 kmh

Es fácil deducir que si comparamos las velocidades de 120 y 150 kmh podemos afirmar que nuestro vehículo demorará casi todo un segundo en detenerse si venimos más rápido.

Si vamos a 120 kmh nuestro recorrido de frenado será de 67 metros pero si venimos a 150 kmh habremos avanzado 105 metros.

En la próxima entrega continuaremos analizando otros elementos comparados, como el tiempo de reacción y la seguridad en general.

 

Adelantar otro vehículo es una maniobra complicada.

Hemos leído varias veces y hablado largo y tendido acerca del tema adelantamientos y nos parece que nunca va a ser suficiente. Lo que pasa es que constantemente vemos accidentes de tránsito debidos a malos adelantamientos o a errores en los mismos.

Adelantar siempre es una maniobra peligrosa por su propia naturaleza, es una de las acciones que más experiencia requiere en el volante e implica muchas variables, las que sin la suficiente confianza y conocimiento del vehículo es mejor no realizar.

Circular por una carretera, especialmente las que tienen doble sentido, es un acto donde el conductor debe hacer gala de toda su paciencia y prudencia.

Muchas veces nos vemos enfrentados a situaciones donde el recorrido nos lleva a circular por este tipo de carreteras o caminos.

Tenemos que ir bien concentrados y pensando bien todas las decisiones que vamos tomando, especialmente si circulan vehículos pesados en la misma vía y nuestro campo visual no es siempre el ideal.

Especialmente a la hora de adelantar a otro automóvil tenemos que tomar en cuenta la potencia que nos puede llegar a dar el motor cuando se la pides, porque de ella va a depender nuestra respuesta a las diversas interrogantes que debemos resolver en instantes.

Hay que estimar muy bien las velocidades de los automóviles o camiones que vienen en nuestro mismo sentido y los que vienen en sentido contrario y muchas veces nos vemos tentados a hacer adelantamientos con algún tipo de riesgo porque vemos que los que vienen atrás nuestro los hacen todo el tiempo.

Aquí es donde tenemos que ejercer nuestros dones de paciencia y de prudencia. Si vemos a un automóvil moderno y poderoso que pretende adelantarnos, es mejor que nosotros le hagamos el espacio donde se va a ubicar este vehículo, entre nosotros y el que estaba delante.

La mejor manera de hacer esto es dejando unos cien metros entre el compañero de ruta que está delante nuestro y nosotros, especialmente si el colega es un gran camión de carga, pesado y largo.

Vivimos todo el viaje con este tipo de adelantamientos o incluso algunos conductores más osados se tiran a adelantar nuestro vehículo y el siguiente a nosotros en la misma maniobra, multiplicando los riesgos e involucrando a demasiada gente en ello.

Nadie está obligado a adelantar a otros

Cuando no tenemos claro el panorama de lo que viene en contra nuestro o si no estamos seguros de si habrá espacio suficiente para acomodarnos en la ruta delante del automóvil o camión que deseamos sobrepasar es mejor no correr riesgos innecesarios y no intentar el adelantamiento.

Es preferible sentirse seguro detrás de otros, dejando espacio suficiente para posibles maniobras de otros conductores y esperar nuestra mejor oportunidad para hacer el adelantamiento.

Nadie está obligado a adelantar a los vehículos, la prisa y la impaciencia no son buenas compañeras de viaje, recuerden que lo más importante es sentirse seguro al volante y no tratar de ganar unos cuantos metros arriesgando mucho.

Además, al igual que en el ejemplo de los conductores que hacen adelantamientos no aconsejables, si nosotros nos mantenemos prudentes podemos influenciar a otros conductores con nuestro comportamiento en las rutas, pero en esta ocasión de manera positiva.