Desde hace ya algún tiempo es muy común que los automóviles traigan consigo un catalizador precisamente antes del tubo de escape en la parte trasera. Esto hace que sea motivo suficiente para no utilizar gasolina que no contenga plomo.
Expliquemos con un ejemplo práctico una conducción eficiente, tenemos como punto de partida un vehículo de mediana cilindrada, con el motor parado, siendo la vía en la que se va a circular de una elevada velocidad media y con el tráfico despejado. En este caso se procederá de la siguiente forma:
Arrancar el motor girando la llave, sin acelerar.
A continuación, introducir la 1ª marcha, en la que de forma suave y progresiva se acelera.
Cambiar a 2ª aproximadamente a los 2 segundos, o después de haber recorrido unos 6 metros, cambiar a la 3ª marcha en torno a las 2.500 revoluciones, elevar las revoluciones a las requeridas para circular en la marcha y sin levantar el pie del acelerador. Se prosigue con continuidad en la aceleración para después…
En cuestión de costos, adaptar nuestros automóviles actualmente para que usen gas natural en vez de gasolina resulta algo bastante atractivo, además de ayudar considerablemente a no contaminar el ambiente.