Adelantar otro vehículo es una maniobra complicada.
Hemos leído varias veces y hablado largo y tendido acerca del tema adelantamientos y nos parece que nunca va a ser suficiente. Lo que pasa es que constantemente vemos accidentes de tránsito debidos a malos adelantamientos o a errores en los mismos.
Adelantar siempre es una maniobra peligrosa por su propia naturaleza, es una de las acciones que más experiencia requiere en el volante e implica muchas variables, las que sin la suficiente confianza y conocimiento del vehículo es mejor no realizar.
Circular por una carretera, especialmente las que tienen doble sentido, es un acto donde el conductor debe hacer gala de toda su paciencia y prudencia.
Muchas veces nos vemos enfrentados a situaciones donde el recorrido nos lleva a circular por este tipo de carreteras o caminos.
Tenemos que ir bien concentrados y pensando bien todas las decisiones que vamos tomando, especialmente si circulan vehículos pesados en la misma vía y nuestro campo visual no es siempre el ideal.
Especialmente a la hora de adelantar a otro automóvil tenemos que tomar en cuenta la potencia que nos puede llegar a dar el motor cuando se la pides, porque de ella va a depender nuestra respuesta a las diversas interrogantes que debemos resolver en instantes.
Hay que estimar muy bien las velocidades de los automóviles o camiones que vienen en nuestro mismo sentido y los que vienen en sentido contrario y muchas veces nos vemos tentados a hacer adelantamientos con algún tipo de riesgo porque vemos que los que vienen atrás nuestro los hacen todo el tiempo.
Aquí es donde tenemos que ejercer nuestros dones de paciencia y de prudencia. Si vemos a un automóvil moderno y poderoso que pretende adelantarnos, es mejor que nosotros le hagamos el espacio donde se va a ubicar este vehículo, entre nosotros y el que estaba delante.
La mejor manera de hacer esto es dejando unos cien metros entre el compañero de ruta que está delante nuestro y nosotros, especialmente si el colega es un gran camión de carga, pesado y largo.
Vivimos todo el viaje con este tipo de adelantamientos o incluso algunos conductores más osados se tiran a adelantar nuestro vehículo y el siguiente a nosotros en la misma maniobra, multiplicando los riesgos e involucrando a demasiada gente en ello.
Nadie está obligado a adelantar a otros
Cuando no tenemos claro el panorama de lo que viene en contra nuestro o si no estamos seguros de si habrá espacio suficiente para acomodarnos en la ruta delante del automóvil o camión que deseamos sobrepasar es mejor no correr riesgos innecesarios y no intentar el adelantamiento.
Es preferible sentirse seguro detrás de otros, dejando espacio suficiente para posibles maniobras de otros conductores y esperar nuestra mejor oportunidad para hacer el adelantamiento.
Nadie está obligado a adelantar a los vehículos, la prisa y la impaciencia no son buenas compañeras de viaje, recuerden que lo más importante es sentirse seguro al volante y no tratar de ganar unos cuantos metros arriesgando mucho.
Además, al igual que en el ejemplo de los conductores que hacen adelantamientos no aconsejables, si nosotros nos mantenemos prudentes podemos influenciar a otros conductores con nuestro comportamiento en las rutas, pero en esta ocasión de manera positiva.