Conducción eficiente y ecológica: Casos prácticos – Circulación y velocidad

La conducción eficiente también busca proteger y dar seguridad al conductor del vehículo. Aplicando las técnicas de conducción eficiente podemos hacer una conducción más segura. Os pondré dos ejemplos prácticos.

– Ante una incorporación a una carretera, cuando ésta se realiza de forma ajustada por la llegada de vehículos por el carril al que se entra: se acelerará rápidamente, con lo que el vehículo se incorporará de una forma más holgada a la circulación en la nueva vía.

– Ante una circunstancia límite en la que en una vía un vehículo pierda el control y amenace a otro que circule paralelo a él; si los dos frenan, es posible que ambos impacten, pero si uno de ellos súbitamente reduce de marcha y acelera fuertemente, es posible que evite el impacto.

Circulación y velocidad

Intentaremos circular en las marchas más largas, en la medida en que la circulación lo permita. No deberemos realizar frenadas y aceleraciones innecesarias. Mantendremos la velocidad de circulación lo más uniforme posible.

La mejor forma de conseguirlo será:

  • Respetando una adecuada distancia de seguridad.
  • Realizando la conducción con suficiente anticipación y previsión.
  • Usando de forma correcta el pedal del acelerador, es decir, manteniéndolo estable en una determinada posición. No es conveniente realizar pequeñas variaciones continuamente en torno a una determinada posición del pedal, ya que se provoca un mayor desgaste de las piezas mecánicas y un mayor consumo.

En cuanto a las altas velocidades, es importante notar que el consumo depende de la velocidad elevada al cuadrado.

En este caso, un aumento en velocidad de un 20% (pasar por ejemplo de 100 a 120 km/h) significa un aumento del 44% en el consumo (pasar de 8 l/100 km a 11,52 l/100 km).

Es necesario pues, para el ahorro de carburante, y, sobre todo, para la mejora de la seguridad, moderar la velocidad en todas las vías interurbanas.

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Francisco Javier Merino Gil
Profesor de Formación y Seguridad Vial
Director de contenidos en Arisoft

Conducción eficiente y ecológica: El motor

El motor de combustión interna de un automóvil, sea de gasolina o de gasóleo (diesel), consume carburante enviado desde el depósito por una bomba. En los motores modernos, la regulación del caudal lo hace el control electrónico, tomando como dato la posición del pedal del acelerador y otros datos de funcionamiento como revoluciones, temperatura del agua, etc.

Es importante entender que el caudal de combustible depende de cuánta potencia se demande del motor. Con el motor caliente, la potencia depende, de dos cosas: la posición del pedal del acelerador y el régimen de revoluciones del motor. El conductor, es el que ajusta la posición del pedal del acelerador y selecciona la marcha de la caja de cambios según sus intenciones. De su estilo de utilización del vehículo depende, pues, el «consumo real», en litros de combustible por cada 100 km.

Pero también es evidente que a menor potencia demandada normalmente menor consumo de carburante en litros/100 km. Se demanda menos potencia del coche cuando se utiliza menos aceleración, se está en pendiente descendiente, o en carretera cuando se circula a menor velocidad.

Cuando un motor está en ralentí (vehículo a muy baja velocidad o parado), consume poco carburante. Sin embargo, como el coche no se mueve pero sí consume combustible, el consumo medio en litros/100 km aumenta.

Por ello, estos periodos de ralentí con coche parado son una importante causa de que este consumo medio en un uso urbano se eleve tanto respecto a un uso en carretera.

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Francisco Javier Merino Gil
Profesor de Formación y Seguridad Vial.
Director de contenidos en Arisoft

Sube la gasolina. ¿Qué alternativas tenemos?

En los últimos años, el momento de rellenar el depósito de carburante de su vehículo se ha convertido para el consumidor  en una fuente de preocupación constante.

Combustibles alternativos

El alza continua de los precios, los «céntimos sanitarios» que las Comunidades Autónomas vienen aplicando o las reiteradas crisis en las relaciones con los países productores de petróleo, hacen que cada vez más, la investigación para la elaboración de combustibles alternativos sea una prioridad en la industria automovilística.

¿ Cuáles son los combustibles alternativos?

Para comenzar, son varias las opciones que se están ofreciendo al usuario que busca un vehículo cuyo consumo no dependa, al menos en su totalidad, del petróleo.

Según el IDAE ( Instituto para la Diversificación y el ahorro de la Energía) podemos denominar combustibles alternativos los siguientes:

  1. Gas Natural. Hidrocarburo compuesto de gas metano.  Sus emisiones de Co2 suponen una cuarta parte de las producidas por un motor convencional y las de dióxido de azufre, monóxido de carbono o polvo fino son prácticamente inexistentes. El consumo de un vehículo propulsado con gas natural es un tercio menor que el de gasolina o diesel. El ahorro económico es pues, evidente.
  2. GLP. Gas licuado del petróleo. Básicamente se trata de una mezcla de propano y  butano, comprimida y almacenada en un depósito. Su uso en automoción en España debe seguir unas directrices según las cuales la proporción tiene que ser de un 20% de propano y un 80% de butano. La reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera es de un 23% en el caso de la gasolina y un 13% si hablamos de diésel. La de partículas desciende en un 99%. A un precio sensiblemente inferior que la gasolina, mejora considerablemente la eficiencia de los motores, al optimizar la combustión.
  3. Bioetanol. Alcohol producido a partir de celulosa, azúcar o almidón su carácter de energía renovable aporta un añadido valor ecológico a su utilización. Los motores sólo precisan ligeras modificaciones para poder funcionar con este carburante, cuya mezcla no está sujeta a reglas estrictas,por lo que puede incluso combinarse con el uso de gasolinas en los llamados FFV ( Flexi Fuel Vehicles).

Cada vez son más los fabricantes sensibles con el uso de estos combustibles ecológicos y considerablemente más convenientes para el bolsillo del conductor, si bien es aún demasiado pronto para establecer garantías claras en su funcionamiento. En cualquier caso, no hay duda de que es el camino de obligado seguimiento en el futuro, por lo que estaremos atentos a su evolución.