Sube la gasolina. ¿Qué alternativas tenemos?
En los últimos años, el momento de rellenar el depósito de carburante de su vehículo se ha convertido para el consumidor en una fuente de preocupación constante.
El alza continua de los precios, los «céntimos sanitarios» que las Comunidades Autónomas vienen aplicando o las reiteradas crisis en las relaciones con los países productores de petróleo, hacen que cada vez más, la investigación para la elaboración de combustibles alternativos sea una prioridad en la industria automovilística.
¿ Cuáles son los combustibles alternativos?
Para comenzar, son varias las opciones que se están ofreciendo al usuario que busca un vehículo cuyo consumo no dependa, al menos en su totalidad, del petróleo.
Según el IDAE ( Instituto para la Diversificación y el ahorro de la Energía) podemos denominar combustibles alternativos los siguientes:
- Gas Natural. Hidrocarburo compuesto de gas metano. Sus emisiones de Co2 suponen una cuarta parte de las producidas por un motor convencional y las de dióxido de azufre, monóxido de carbono o polvo fino son prácticamente inexistentes. El consumo de un vehículo propulsado con gas natural es un tercio menor que el de gasolina o diesel. El ahorro económico es pues, evidente.
- GLP. Gas licuado del petróleo. Básicamente se trata de una mezcla de propano y butano, comprimida y almacenada en un depósito. Su uso en automoción en España debe seguir unas directrices según las cuales la proporción tiene que ser de un 20% de propano y un 80% de butano. La reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera es de un 23% en el caso de la gasolina y un 13% si hablamos de diésel. La de partículas desciende en un 99%. A un precio sensiblemente inferior que la gasolina, mejora considerablemente la eficiencia de los motores, al optimizar la combustión.
- Bioetanol. Alcohol producido a partir de celulosa, azúcar o almidón su carácter de energía renovable aporta un añadido valor ecológico a su utilización. Los motores sólo precisan ligeras modificaciones para poder funcionar con este carburante, cuya mezcla no está sujeta a reglas estrictas,por lo que puede incluso combinarse con el uso de gasolinas en los llamados FFV ( Flexi Fuel Vehicles).
Cada vez son más los fabricantes sensibles con el uso de estos combustibles ecológicos y considerablemente más convenientes para el bolsillo del conductor, si bien es aún demasiado pronto para establecer garantías claras en su funcionamiento. En cualquier caso, no hay duda de que es el camino de obligado seguimiento en el futuro, por lo que estaremos atentos a su evolución.