Conducción eficiente y ecológica: Adelantamientos, detención y maniobras especiales

 

Adelantamientos y marcha en paralelo

El adelantamiento debe tener siempre una utilidad. Si el conductor al adelantar solamente consigue avanzar un par de puestos en la cola, la ganancia de tiempo es nula, el gasto de combustible es alto y la seguridad en general se compromete. También debe evitarse adelantar para saltar de un hueco a otro.

Debe tenerse siempre presente que el adelantamiento es una de las maniobras más peligrosas.

El adelantamiento puede hacerse, en principio, a una velocidad relativamente alta y a largas marchas. Pero si la seguridad lo exige y es necesaria una buena aceleración, interesa cambiar a una marcha menor a fin de revolucionar en mayor medida el motor y ganar así en efectividad a la hora de realizar la aceleración del vehículo, sin tener en cuenta transitoriamente el consumo.

Al adelantar, es importante que haya espacio y tiempo suficiente para realizar la maniobra de adelantamiento.

También en este caso es de la máxima importancia la distancia de seguridad. En principio, en una técnica de adelantamiento bien ejecutada, seguridad y medio ambiente van de la mano. Si el conductor se cerciora de que existe margen para adelantar con seguridad, no necesita realizar una aceleración innecesariamente intensa, y en la mayoría de los casos puede adelantar sin peligro con un incremento de velocidad de 10 a 20 km/hora (teniendo en cuenta las velocidades máximas permitidas de la vía por la que se circule).

 

La detención

Cuando se circula en el automóvil y se procede a efectuar una detención, por ejemplo ante un control de una autopista de peaje, se hará de la siguiente forma:

  • Anticipar la operación prestando atención a las señales de indicación.
  • Levantar el pie del acelerador y dejar el coche rodar por su propia inercia.
  • Efectuar las pequeñas correcciones de velocidad con el freno de pie.
  • Reducir de marchas, si es necesario, en los últimos metros, si el motor se encuentra a un régimen excesivamente bajo de revoluciones (aproximadamente 1.500 revoluciones por minuto), se reducirá a marchas más cortas para evitar que se cale el motor. Si el régimen de revoluciones no está demasiado bajo, no se realizará la reducción de marchas, para evitar el uso innecesario del embrague y de la caja de cambios, así como el consumo inútil de combustible que supone pasar por el punto muerto.
  • Detención y parada final.

 

Maniobras especiales (salida de un estacionamiento)

Antes y durante la realización de cada maniobra especial, el conductor debe cerciorarse de que la misma puede llevarse a cabo sin poner en peligro al resto de la circulación, obstaculizarla o paralizarla innecesariamente.

El estorbo al paso del resto de la circulación da también lugar a un consumo innecesario de combustible por parte de los demás usuarios del tráfico.

Dicho con otras palabras: debe haber espacio suficiente para poder realizar la maniobra especial. Esto significa que también en la ejecución de estas maniobras, hay que contar con una buena visión de la situación del tráfico, la previsión y una observación atenta son extremadamente importantes.

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Profesor de Formación y Seguridad Vial
Director de contenidos en Arisoft

Conducción eficiente y ecológica: Conducción racional, anticipación y panorama del tráfico

 

La conducción racional y la anticipación.

A través de la anticipación, junto con una adecuada distancia de seguridad, es posible reconocer las características del tráfico y sus potenciales situaciones, con lo que se tendrá más tiempo de reacción ante posibles imprevistos derivados del entorno considerado. Permite advertir a tiempo las situaciones peligrosas y adoptar oportunamente medidas para esquivar situaciones inminentes.

La conducción racional y anticipativa lleva de una forma generalizada a un considerable aumento de la seguridad en el estado del tráfico. Se ha de recordar que en la circulación nunca debe uno comportarse de modo que de ello resulte o pueda resultar peligro u obstáculo para otros partícipes del tráfico.

Además, también supone esta actitud anticipativa un descanso para el conductor, habitualmente sometido al estrés generado por las ciudades de tráfico denso y complejo, así como por la agresividad que pueden mostrar los conductores circundantes.

La anticipación se pone en práctica cuando:

  • Se circula con un amplio campo de visión de la vía y de las circunstancias de la circulación. Un campo de visión adecuado es el que permite ver 2 ó 3 coches por delante del propio.
  • Se guarda una adecuada distancia de seguridad.

Panorama de la situación del tráfico

Lograr y mantener un adecuado campo visual cuando se circula es de gran importancia a la hora de realizar una conducción basada en la anticipación. Se ha de prestar atención y examinar la situación del tráfico circundante mediante:

  • Una mirada hacia delante, a suficiente distancia (unos 200 m).
  • La modificación constante del campo visual, mirando detrás del coche, por los espejos retrovisores interiores y exteriores.
  • Una mirada atenta, alternativamente a mayor o menor lejanía, que permite contemplar de forma más amplia la circulación de la vía.

Se debe mantener una posición adecuada, tanto de los espejos retrovisores como de los asientos del coche, siendo recomendable por tanto, no obstaculizar la visión con elementos como esterillas o cristales que impidan la visión a los vehículos que circulan detrás del coche que los lleva.

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Conducción eficiente y ecológica: La progresión en las marchas

Una vez se está circulando en la 2ª marcha, y se entra en el intervalo de revoluciones indicado para el cambio de marchas, se procederá a realizar el cambio de formas distintas según las condiciones de la vía que se puedan encontrar:

  • Si la vía en la que se va a circular posee una elevada velocidad media de circulación y se encuentra con el tráfico fluido o despejado, se cambiará a la 3ª marcha, en la cual se mantendrá la aceleración del vehículo hasta alcanzar la velocidad adecuada a la circulación existente, para cambiar posteriormente a la 5ª marcha. Se ha de recordar que en todos los cambios realizados no se ha de exceder de las 2.500 revoluciones y que, inmediatamente después de cambiar, han de adecuarse las revoluciones a las que se necesitan para circular en la marcha a la que se cambia.

 

  •  Si el vehículo se encuentra circulando en 2ª marcha con el motor ya revolucionado al régimen de cambio y con una velocidad similar a la de las condiciones de circulación, se cambiará a la 4ª marcha directamente. Este caso se puede dar cuando la velocidad media de circulación en la vía es relativamente baja, o si se encuentra un tráfico denso que reduce dicha velocidad media. Si posteriormente la vía gana en velocidad media y vemos que se puede cambiar a la 5ª marcha, realizaremos el cambio correspondiente.

 

  • Si las condiciones del tráfico no permiten progresar con las marchas, debido a una elevada congestión del tráfico o a determinadas causas que hagan que se circule a una velocidad excesivamente lenta, se continuará circulando en la 2ª marcha, y en cuanto se rebasen las 2.000 revoluciones (y sin llegar a superar las 2.500), se podrá cambiar a la 3ª marcha, en la que se podrá circular consumiendo menos carburante que en la 2ª marcha.

Una diferencia fácilmente distinguible entre los conductores que realizan la conducción eficiente y los que no lo hacen es la utilización bastante más importante de las marchas altas (4ª y 5ª).

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